¡Qué tristeza me da el momento actual que estamos viviendo en Argentina! Evidentemente, el odio va llevando la delantera ante esa idea casi romántica que habla sobre que el amor, casi siempre lo vence. Por lo que estamos atravesando, pareciera ser que el odio tiene cooptado a un gran segmento de ciudadanos que, con tal de eliminar a sus ‘enemigos políticos’, son capaces de comer mierda, morirse, inclusive, o ver morir a sus familiares y amigos. ¿Tanto odio les generan sus ‘contrincantes’? ¿Qué les pasó en la vida para cargar con tanto aborrecimiento y desprecio? Se ponen contentos porque mucha gente se queda sin trabajo. Se alegran por las personas que no pueden comprar medicamentos. Ignoran a los enfermos oncológicos que dejaron de recibir la medicación. Hacen la vista gorda hacia los jubilados que reciben una cifra indigna y ofensiva. Se divierten con la angustia de millones de ciudadanos que no saben cómo pagar alquileres, expensas, servicios y alimentos. Celebran el desfinanciamiento de la cultura, la destrucción de instituciones esenciales, el vaciamiento de establecimientos emblemáticos del país con el fin de cerrarlos y hacer negocios inmobiliarios, la quita de presupuesto para la Educación Pública y Gratuita… En fin, no sé qué se les cruza por sus mentes, pero, indudablemente, el resentimiento y la antipatía extrema, no los deja ver que todo este desastre que están provocando, un poco antes o un poco después, en algún punto de la historia, también, les va a afectar a ellos y a sus allegados. Estamos inmersos en una contienda absurda, salvaje e irracional que un conjunto de cínicos e hipócritas lleva adelante desde las sombras, utilizando personajes débiles, pusilánimes y serviles, sin importarles las consecuencias trágicas de sus actos, empujándonos a un tobogán hacia el precipicio. Si no alcanzamos a reaccionar a tiempo, si el pueblo no asume la responsabilidad de defender sus derechos, vamos a terminar, TODOS, absolutamente todos, todas, todes, todis y todus, en un caos existencial muy difícil de solucionar que no solo abarca lo económico, sino también lo anímico, lo mental y lo espiritual.
MOTIVO
lunes, 15 de abril de 2024
domingo, 7 de abril de 2024
LA PATRIA NO SE VENDE
miércoles, 27 de marzo de 2024
TODO ESTÁ CLAVADO EN LA MEMORIA
martes, 26 de marzo de 2024
LA FELICITO, LAS CELEBRO Y LAS PONDERO
sábado, 16 de marzo de 2024
VAIVENES
jueves, 14 de marzo de 2024
'NUNCA ES TARDE'...
martes, 12 de marzo de 2024
SOMOS NOSOTROS
lunes, 19 de febrero de 2024
LA CULTURA, SÍ
sábado, 17 de febrero de 2024
TRISTÍSIMA REALIDAD
sábado, 3 de febrero de 2024
... PERO DE VERDAD
Mi característica personal, siempre es ir para adelante con fe, optimismo y positividad, aunque, muchas veces, las cosas no se encaminen como uno espera, pero, en este momento, siento agobio y desconsuelo por la realidad que nos toca atravesar como país. A lo largo de la historia argentina, ha habido épocas de euforia, alegría, prosperidad y bienestar, también existieron situaciones extremas, angustiantes, trágicas y complejas, pero actualmente, percibo un clima de incertidumbre, desesperanza y pesimismo, que genera preocupación, intranquilidad y tristeza. Sería mucho más venturoso publicar otro tipo de comentario, quizás, algo más trivial, alegre o superficial, pero estos espacios son, también, entre otras cosas, para expresar lo que uno percibe, encuentra y palpa en lo cotidiano. Es una época muy complicada, económica y socialmente hablando y, lamentablemente, bastante devaluada en diversos aspectos, entre los cuales se encuentran la nobleza, la decencia y la dignidad, características que muchos políticos carecen. El pueblo es el que tiene el termostato y el que determina qué está bien y qué está mal. Cada uno sabrá… pero la realidad es una sola para todos y en ese conglomerado de disímiles circunstancias sociales, se va acercando una coyuntura donde muchos millones de personas nos encontraremos en la misma situación límite y ahí es donde nace otra película… Muchos se hacen los boludos, no opinan para no involucrarse, otros, intentan evadir el tema y pasar de largo, desapercibidos, otros más, eligen apoyar a los traidores a la Patria y otros nos expresamos con las convicciones firmes y los valores en puja. Tengo la edad suficiente para afrontar mis pensamientos públicamente, aunque vivamos una era cibernética que manipula información, estigmatiza personas e influye, de forma planificada, en las mentes de un gran porcentaje de personas que, basados en sus características y creencias personales, se dejan llevar por el odio y la confrontación que les inculcan día tras día. A mí me agotó el odio, me saturó la confrontación, me colmó la hipocresía de muchos que votan haciéndose los democráticos y, en el fondo, desean otra cosa. Cada uno, interiormente, sabe cuál es su sentimiento y está en cada uno, también, hacerse cargo de su decisión. La mía, desde el lugar de ciudadano respetuoso de los distintos pareceres y modesto artista que soy, es bregar por una sociedad libre de verdad, solidaria, federal, económicamente independiente, políticamente soberana y socialmente justa. Anhelo un país donde todos podamos vivir como merecemos, con decencia, trabajo, seguridad y honorabilidad. Basta de corruptos. Basta de mentirosos. Basta de delincuentes de guante blanco y demás colores. Todos sabemos quiénes son y es tarea del Pueblo, una vez más, exponerlos, limitarlos y reprobarlos. Pero de verdad.