MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

sábado, 25 de junio de 2016

ANALIZAR, PENSAR Y DESPUÉS ACTUAR

Tomar posición, dialogar, participar, reaccionar, manifestar e involucrarse con el contexto y con lo que acontece en el país, es muy válido y constructivo para cualquier ciudadano; No es diferente el compromiso de una persona que no es artista a la que sí lo es. Expresarse abiertamente, es una decisión personal que en esta era cibernética, donde cualquiera dice y opina cualquier cosa de cualquiera, es, por lo menos, aventurado y fortuito. Cuando uno define lo que quiere como ciudadano, también lo hace como artista, y viceversa, y me resulta positivo, más allá del juicio de quienes disienten con mis pensamientos, porque creo que la libre expresión es la herramienta más noble que tenemos para relacionarnos. A esta altura de mi vida, priorizo mis afectos y mis sentimientos, lo demás es incidental. Los que mezclan las cosas dejando de simpatizar con un artista por las diferencias de conceptos, priorizan el fanatismo ante la razón, se dejan cooptar por el fundamentalismo ideológico, quedan al margen de mí. 
No hay que "gastar pólvora en chimangos", dice una frase popular. “Basta de ‘malasangre’, no vale la pena”, me repito interiormente muchas veces. Aquí, me dirijo a quien lea esto con sentido autocrítico y emplee su sensibilidad en pos del bien común, sin egoísmos ni necedades, con solidaridad y fraternidad. A los otros, ni cabida. Cuidá tu salud, que por más que te 'embronques', ellos seguirán llenando sus bolsillos de dólares a costa nuestra. La plata no lo es todo, ayuda, asiste, impulsa, refuerza, pero no lo es todo. Igualmente, por más que la roben, la evadan, la escondan o la ‘repatrien’, cuando les toque la hora que a todos nos llegará, en los cajones mortuorios no les entrarán tantos millones. Anhelo un mundo sin más miserias humanas; brego, cotidianamente, desde mi humilde lugar de ciudadano y artista por la conquista del bien sobre el mal y sueño por llegar a ver una humanidad sin hipocresía; quizás soy un iluso, un absurdo idealista o un tonto esperanzado, pero aunque por momentos me parezca muy difícil el logro, vuelvo sobre mí y persevero en la confianza, la fe y la esperanza. Por nosotros y por nuestros hijos.   
Ya sé que es muy difícil cerrar “la grieta”, pero si los que están de un lado y del otro de esta famosa fisura, que el mundo mediático estimula desde hace años, se dieran cuenta que, justamente, son los protagonistas centrales de la zanja que se amplía cada vez más, esa renombrada fractura social, se terminaría en un instante. Los que incentivan sistemáticamente la confrontación colectiva, son los que obtienen más rédito económico y aprovechan la funcionalidad crédula de algunos, que “compran” la fracción estigmatizada y otros que, fanáticamente, defienden posturas y modos casi inamovibles. Los deshonestos, delincuentes y miserables que roban nuestra plata al Estado desde hace décadas y décadas, son los que generan, cada vez más, esa “riña” de la comunidad argentina, generando odios y resentimientos, que no llevan absolutamente a nada, más que a seguir gestando divisiones y asperezas ideológicas. No hablo de ceder a las convicciones, me refiero a no ser funcionales a los ladrones de turno. Ayer, fueron unos, hoy, son otros, y mañana llegarán otros más, con la misma metodología y propósito: llevarse el dinero de todos nosotros, bajo consignas de honestidad, justicia y equidad, que nunca cumplen ni cumplirán, porque su esencia es el mercantilismo y sus propósitos, egoístas y ruines. Lamentablemente, son hipócritas, impostores y engañosos, que bajo manejos estudiados y preparados, manipulan a las masas bajo máscaras ocultas que poseen un único fin: EL DINERO. Insisto, no hablo de dejar de lado las creencias, las opiniones y los principios en los cuales podemos confiar; declamo un poco de análisis y atención al desmembramiento y fragmentación que se ha generado, en pos de capitalizarlos únicamente en beneficio de sus propios intereses. “El pueblo unido, jamás será vencido”, reza el cántico y es una gran verdad. No nos dejemos cooptar por los cínicos y maquiavélicos codiciosos de siempre, que tras el enfrentamiento de la gente, obtienen beneficios solo para ellos y sus bolsillos. No seamos serviles a los dueños de la doble moral; abramos los ojos y démonos cuenta que el poder está en nosotros, que somos los que votamos y elegimos a la clase política para que nos represente. Muchos de los que hoy detentan el poder, son los mismos que llevaron al país a la peor crisis de la historia y hubo gente que murió y se suicidó por sus prácticas indecentes. No nos olvidemos, no perdamos el foco del eje en cuestión. El enfrentamiento de la sociedad nunca es positivo, solo es favorable a los perversos inescrupulosos. A tenerlo en cuenta y no caer en la trampa.

jueves, 16 de junio de 2016

BUSCANDO UN SÍMBOLO DE PAZ

Fuera de toda bandera política y partidaria. Más allá de mi condición ideológica. Por sobre toda alternativa circunstancial que implique personas y personajes puntuales del ámbito gubernamental. Pregunto desde mi más auténtica franqueza. Por más odio, rencor o antipatía que se sienta por algo o alguien que haya intervenido en un gobierno, antes o ahora. ¿Cómo se pueden respaldar o siquiera justificar actos que van en contra de uno mismo? No alcanzo a discernirlo… Yo me indigno con el hurto de cualquier funcionario corrupto, no solo con los rufianes de un sector ideológico; me causa la misma repugnancia el robo canalla de unos y otros, no solamente las malversaciones de los que no me simpatizan. En fin… así estamos. Los chorros tienen que ir presos… los del anterior y los del actual Gobierno, también. Todos… los que cuentan o entierran millones, como los que esconden o se la llevan al exterior.
La verdad que después de todo lo visto, leído y oído en referencia al caso de este tipo López, algunos fundamentalistas dan un poquito de escozor. Mi indignación es la misma que cualquier persona de bien, al ver la obscenidad del dinero descubierto, sin saber de dónde y cómo lo obtuvo, pero eso no me inspira instintos asesinos que felizmente no detento. Escuché y leí a varias personas, supuestamente, en su sano juicio, en portales mediáticos y redes sociales, desearles la muerte a todos los del Frente para la Victoria, mandarlos a quemar, desear tener 'a mano' un asesino como el de Florida para eliminar a todos los diputados K, "matarlos (literalmente) de una vez por todas" a todos los que estuvieron en el Gobierno anterior y otras atrocidades por el estilo 'ejecutor'. Reitero, me causa la misma repulsión que a cualquier bien nacido esta situación puntual y desbocada de corrupción, la misma que me provoca enterarme de la plata millonaria en dólares que funcionarios de este nuevo Gobierno almacenaron con la devaluación y el precio del dólar estipulado por ellos mismos, en el tema ‘dólar futuro’, o el desparpajo de los involucrados en el video de la financiera donde contaban centenares de billetes de procedencia desconocida, en el tema Lázaro Báez, o el descaro del Presidente Macri con respecto a sus millones en cuentas ‘off shore’ y la supuesta “repatriación” (obligada por las circunstancias expuestas en sus cuantiosas empresas evasoras incluidas en los ‘Panamá Papers’) de solo 18 millones de sus desconocidos e indefinidos depósitos millonarios en el exterior, o la desvergonzada actitud del Ministro de Energía, Aranguren, que siendo accionista de 16 millones en la empresa Shell, les cede 7 de las 8 licitaciones concretadas a través del Estado argentino por el gasoil, siendo incompatible con la Ética Pública, o tantos paradigmas más que rozan lo inmoral, lo impúdico y lo deshonesto en el anterior y en el actual Gobierno. Pero a pesar de la repulsión y rechazo que siento por la corrupción de estos indecentes empleados públicos, no se me cruza por la cabeza, ni remotamente, matar a nadie, ni mandarlos a asesinar. Vivimos una era compleja y creo que determinados medios y ciertos seres perversos, son los que estimulan estas reacciones que pertenecen más a bestias irracionales que a pensantes seres humanos. Nos deseo, sin dejar de molestarse, un poco de reflexión, calma, consideración, tranquilidad y sosiego. Por el bien de todos.
Sin subestimar ni menospreciar la inteligencia de nadie, me sorprende en primer término, me desconcierta, en segundo orden, y me maravilla, en tercer lugar, la capacidad de ciertas personas, evidentemente preparadas para tal fin, que manipulan la información y crean opinión a su antojo y deseo. Por supuesto que cada uno es libre de pensar lo que le da la gana y actuar en consecuencia, pero me refiero a la sorpresa que me causa descubrir a una importante cantidad de personas que, tras largos años de campaña sistemática, cooptadas por una fuerte maquinaria comunicacional, van detrás de ideas y conceptos conformados por otros que, sin duda alguna, tienen intereses implícitos en crear un determinado criterio político y social. Hago alusión al desconcierto que también me provoca esta circunstancia, porque entre la gran masa de gente involucrada, contemplo allegados y conocidos, a los cuales considero sensatamente objetivos, dueños de cierto sentido común, que también están atraídos por vislumbrar un solo cordón de la vereda imaginaria en la que encuadro este pensamiento. Y también me maravillo con la habilidad, la perversión, en cierta forma, si es que lo perverso puede fascinar, la perspicacia y por qué no, también, la inteligencia de los “cerebros” publicitarios, periodísticos y de marketing para imponer candidatos sin capacidad, sin carisma, ni consistencia de liderazgo, crear climas sociales específicos, funcionales a sus ocultos “negocios”, y consolidar una atmósfera caldeada y sofocante entre los ciudadanos argentinos para vaya a saber uno, lograr qué propósitos.
Es indudable que la corrupción está instalada en los distintos sistemas, y la política, no solo no queda al margen, sino que va a la cabeza de esa repulsiva putrefacción social. Insisto una vez más, como en muchos de mis comentarios, rechazo, desprecio y aborrezco la corrupción y los corruptos que la llevan a cabo, repruebo ese mecanismo miserable de intercambios deshonestos, que tras su canallesco accionar, terminan afectando a millones de personas y provocando desigualdades e injusticias comunitarias que rozan lo más despreciable del ser humano. Deseo, fervientemente, que todos aquellos funcionarios indecentes y corrompidos, vendidos o comprados ilegalmente, vayan presos, todos, pero todos, los de antes y los de ahora… más allá de ser consciente que es casi utópica esta pretensión, por los infinitos artilugios de las leyes y la justicia en general. Pero, volviendo al eje que motivó esta introspección que hago pública, no alcanzo a discernir la obcecación de algunos en solo pretender fallos y sentencias ejemplares para los que no les simpatizan o desdeñan ideológicamente y no reclamar lo mismo para aquellos que coinciden con su concepto político, pero que son tan corruptos, indecorosos e infames como los que condenan. La única explicación o razonamiento deductivo que converge este accionar de muchos, es la fragilidad de creencia que tienen o el débil convencimiento personal de sus supuestas certezas, que permiten la persuasión y el acarreo sometido de otras mentes y almas aprovechadoras con fines propios encubiertos.

viernes, 10 de junio de 2016

6 MESES... MUCHOS CAMBIOS, POCA ALEGRÍA

Decir lo que se piensa y manifestarlo públicamente, siempre acarrea opiniones a favor y en contra; Pero más allá de ‘grietas’, fisuras y resquicios políticos, hay cosas que indignan e irritan como ciudadano común, como habitante de nuestra querida Argentina. Durante estos 6 meses del nuevo gobierno, varias ideas, frases y declaraciones de ministros y mandatarios producen molestia, incomodidad, enfado e indignación. Escuchar al ministro de energía, Juan José Aranguren, decir en referencia al aumento de luz: “El que tiene un corte no está consumiendo energía y no paga por el servicio“, o afirmar con respecto a la suba de combustibles: “Si el consumidor considera que este nivel de precios es alto en comparación a otros gastos de su economía, que deje de consumir”.
Al ministro del interior Rogelio Frigerio, declarar: “Tener las tarifas congeladas era una política extremadamente irresponsable y además poco amigable con el medio ambiente” y “La gente andaba de remera en las casas o abría las ventanas porque tenía calor de tanta calefacción que tenían".
En consonancia, el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, dijo que “El costo de la energía era tan ridículamente bajo que la gente perdió sensibilidad al respecto. A mí me enoja cuando en el verano ponen el aire acondicionado y hace tanto frío que abren las ventanas”. 
Escuchamos al ministro de economía Alfonso Prat Gay, expresarse con humillación hacia un sector de la población: “No vamos a dejar la grasa militante, vamos a contratar gente idónea” y “Cada diez años nos dejamos cooptar por un caudillo que viene del norte o del sur. Lo único que falta es que en 2020 venga alguien de Santiago del Estero y nos encontremos que otra vez vuelven a tomar esta situación la Presidencia de la Nación”. 
El Jefe de Gabinete Marcos Peña, dice muy suelto de cuerpo que lo que Macri prometió en campaña, habiendo sido una de sus frases más reiteradas y remarcadas, es imposible de alcanzar: “Pobreza Cero tiene que ver con una meta como sociedad, es una meta desde ya inalcanzable como definición a largo plazo”. 
La vicepresidenta Gabriela Michetti nos pone en aviso, desterrando lo prometido una y otra vez en referencia a la activación económica del segundo semestre del año, que “Cuando uno sale del populismo, duele” y “Para que el crecimiento de la economía se dé, tenemos que esperar hasta el año que viene”. O refiriéndose a la reactivación del país: “Sepan aguantar hasta que dentro de dos, tres o cinco años podamos salir adelante”. Y también, hablando sobre el flagelo de la droga: “La droga mata a los pobres como a la gente normal”. 
En eufonía con las polémicas declaraciones del economista Pro y ex Presidente del Banco Central, Javier González Fraga, afirmando que “Venimos de 12 años donde las cosas se hicieron mal. Se alentó el sobreconsumo, se atrasaron las tarifas y el tipo de cambio… Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos o irse al exterior y eso no era normal”, Michetti dijo que “el bienestar económico que vivían los argentinos con el anterior Gobierno era una fantasía”.
Podría mencionar otras palabras agraviantes y/o sutiles provocaciones por parte de los integrantes del nuevo Gobierno, pero sería muy extenso, tedioso y exasperante. Sin dejar de mencionar el descaro de la modificación abrupta de la Declaración Jurada del Presidente en el lapso de un año, la ignominia sobre sus cuentas ‘off shore’ en Panamá y Bahamas, las mentiras expuestas en sus declaraciones públicas, la obligada y supuesta ‘repatriación’ de cierta parte de su fortuna oculta que no paga impuestos, sus cuantiosos Decretos de Necesidad y Urgencia, que no eran ni tan necesarios, ni tan urgentes, los favores económicos hacia un sector reducido de la ciudadanía más pudiente, la orden de reprimir manifestaciones por reclamos sociales y derechos adquiridos, la vergüenza de saber que varios funcionarios públicos, de su núcleo más cercano, se favorecieron en varios millones con el ‘dólar futuro’, derogar leyes que resguardaban a la Democracia de supuestas arremetidas inconstitucionales y volver a darle autonomía a las Fuerzas Armadas, con todo lo que eso significa, después de los trágicos antecedentes vividos en nuestra historia durante el golpe del Proceso Militar. 
   
La Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, impulsando un decreto que sanciona con prisión de hasta dos años a los periodistas y “terceros” que revelen datos del patrimonio de funcionarios provinciales, policiales y agentes de servicio penitenciario, contraponiéndose al repaso e hipotética “marcha atrás”, por parte de Macri, con respecto al artículo 85 del proyecto de ley para el blanqueo de capitales, que establecía penas de prisión y multas a quienes dieran a conocer datos de esas operaciones, incluyendo a la prensa. 
En fin… quedan muchas otras acciones y decisiones que involucran despidos masivos, estimados ya en 200.000 personas, la suba frenética de las tarifas de luz, agua y gas, el aumento descontrolado de los alimentos, el incremento brutal de alquileres, expensas, obras sociales, colegios, transporte y la fuerte disminución de la actividad comercial en general, que provoca un clima de abatimiento y postración muy triste y angustiante.
Más allá de todo y de todos los que están a favor y en contra de esta política implementada por Macri y su equipo (según él, el mejor de los últimos 50 años), y sin hacer hincapié en posturas antagónicas, ni fanatismos rígidos e inamovibles, que no colaboran en nada a la unión tan deseada de los argentinos, que en otro orden de cosas, tampoco tuvo muchas demostraciones públicas, ni intenciones manifiestas por parte de ‘Cambiemos’ de intentar bajar decibeles entre el 51% y el 49%, sino todo lo contrario, que además fue otra de las promesas incumplidas ofrecidas en campaña, creo que la conclusión de este medio año de ‘Gobierno Macrista’ es la comprobación fehaciente de que la famosa “campaña del miedo”, que tanto bastardearon, no era de miedo sino de absoluta realidad. Y que el “sinceramiento económico” del cual hablan y hablan, no es tal, sino un plan detalladamente pensado para implementar sus ideas empresariales, comerciales, al sistema del país que están llevando a cabo.
Por el bien de todos los que queremos a nuestra Patria, de los que somos trabajadores honestos y bien intencionados, de los que obramos de buena fe, de los que nunca hemos jodido a nadie y de los que deseamos el bienestar general y no el de unos pocos, este rumbo se modifique y encamine, porque es lo que realmente todos anhelamos, aunque viendo los hechos y analizando las circunstancias que circunvalan al país, el futuro que nos espera no es muy alentador que digamos.