MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

lunes, 30 de diciembre de 2013

¡ARMONÍA, EQUILIBRIO Y AMOR! ¡FELIZ 2014!

Apenas quedan un par de días para cerrar el 2013 y como de costumbre, cuando se acercan las últimas jornadas del año, hacemos balances, reflexionamos sobre lo ya realizado, evaluamos lo que está por venir y se entremezclan las sensaciones; recorremos distintos estados de ánimo  que hacen de los sentimientos surgidos en forma natural, un recorrido activo por los vaivenes de la cotidianeidad y el futuro. Repasamos los hechos positivos, los inoportunos, los momentos felices, los inconvenientes, los sucesos alegres, sorpresivos, divertidos, molestos, los reencuentros, desencuentros, las circunstancias placenteras, las discusiones, los amores, desamores, nostalgias, recuerdos, esperanzas, sueños, realidades… en fin… lo de siempre, lo que todos transitamos año tras año.
Lo que más valoro de este repaso al que hago referencia, es que una gran mayoría de personas lo hacemos despojados de cargas externas, conflictos y beligerancias, rescatando lo positivo, lo auténtico, lo provechoso, sin dejar de lado los tristes acontecimientos sociales que vivimos en nuestra querida Argentina desde hace algunas semanas, que afectan a muchos ciudadanos y lamentablemente intensifican y exacerban antinomias políticas y puntos de vista alejados, muy distantes, casi irreconciliables, de manera penosa y angustiante.
La mejor forma de recobrar la armonía, el ánimo, los buenos deseos, es a partir de la calma, la concordancia, la inteligencia y el equilibrio, sin perder nunca el objetivo del bien común, de la unidad, el entendimiento y la fraternidad, por más que ciertas injusticias sociales existan y por momentos, nos sobrepasen y provoquen ira.
No me he transformado en un pensador reflexivo budista, ni en un discípulo directo de Mahatma Ghandi, aunque mucho me gustaría acercarme a su filosofía y llevarla a la práctica en el día a día (pero se hace difícil), solamente intento resguardarme y preservar a los que quiero y me quieren, y también a aquellos que están cerca mío, de las energías negativas y los malos pensamientos, porque estoy convencido que todo lo que uno genera para bien, vuelve bien y aquello que se acompaña con rencor, desprecio y rabia, regresa también del mismo modo.
Si lastimamos o defraudamos a alguien, siempre, lo mejor es pedir perdón, de la misma manera que es muy gratificante perdonar a quienes quizás hayan actuado igual con nosotros; nadie es perfecto y ninguno hace todo bien, así que creo que es muy saludable para el espíritu y el alma, intentar llevar a la práctica esta idea, aunque sea una actitud egoísta, por el solo hecho de sentirse bien uno, ya que además podemos generar algo parecido en el otro.
“Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo” sentenció hace dos mil años Jesús de Nazareth y cabe preguntarse dadas las actitudes y circunstancias actuales de la humanidad: ¿Cómo hacer para amar al prójimo si ni siquiera nos amamos a nosotros mismos? Simplemente, es una reflexión que comparto con los que se acercan por aquí de vez en cuando, porque desde hace un largo tiempo a esta parte, me da vueltas por la cabeza la idea frecuente, insistente, de hacer el esfuerzo por tratar de ser mejor persona cada día, aunque no esté de moda, ni tenga repercusión mediática, ni sea noticia, ni salga en televisión. Es lo que trato de inculcarles a mis hijos, lo que pruebo llevar a cabo a diario en la medida de mis posibilidades y lo que les sugiero que hagan, aunque sea, reitero, por individualismo y bien propio.
A nivel personal, debo agradecer la fortuna de contar con salud, fundamentalmente, y tener el amor de mi familia, amigos y todos aquellos que gracias al contacto directo que facilitan hoy las comunicaciones, me hacen saber su cariño, afecto y calidez desde distintos lugares del mundo que he tenido y tengo la suerte de recorrer con mi profesión desde hace tanto tiempo. Gracias por hacerme llegar su aprecio y sentimiento a todos los que me escriben desde Uruguay, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Paraguay, República Dominicana, Nicaragua, Venezuela, México, Estados Unidos, España, Italia, Grecia y algún otro país que quizás me queda en el tintero. Gracias, también a mis amigas y amigos de Argentina que siguen compartiendo calurosamente mis canciones, a quienes les debo ese cariño firme y duradero.
Les deseo una buena vida a todos, nos deseo lo mejor en conjunto, que podamos seguir soñando, deseando, anhelando y que esos sueños, deseos y anhelos se vayan haciendo realidad, a pesar de los esfuerzos y contrariedades, que se puedan ir cumpliendo los objetivos planteados con salud, amor… y un poco de dinero, ¿por qué no?, rodeados de la gente querida, recordando a los ausentes amados y disfrutando la vida con fe y optimismo.
¡FELIZ 2014!

martes, 10 de diciembre de 2013

DEMOCRACIA PARA SIEMPRE

En estos últimos días están ocurriendo hechos sociales en Argentina que entremezclan reclamos salariales de la policía, comprensibles en su derecho, pero equivocados en su forma, saqueos injustificables e inadmisibles de gente inescrupulosa y ciertos pensamientos oscuros, confusos, vergonzantes que dejan mucho que desear. Hoy se cumplen 30 años de DEMOCRACIA y más allá de las personas que inexplicablemente a mi entender, son funcionales al caos y el desorden que provocan algunos miserables, tenemos que saber y defender el sistema democrático por sobre todas las mezquindades, codicias y bajezas. ¡VIVA LA DEMOCRACIA!

viernes, 6 de diciembre de 2013

AÑOS QUE VAN... AÑOS QUE VIENEN...


Cuando se cumplen años, generalmente, uno hace un repaso de lo vivido, un resumen de lo obtenido, una recapitulación de lo establecido y mucho más, cuando se aborda una nueva década como la que hoy estoy capitalizando; No todos los días se cumplen 20 años… ja ja ja… bueno, dos veces 20 años… ja ja ja… bueno, algo más de dos veces 20 años… ja ja ja…
Dalmiro Sáenz escribió alguna vez: “Cuando se tiene 20 años se tiene el alma del marinero, una canción en la boca y una mujer en cada cuerpo. Se tiene el mar en los ojos y una sonrisa en los labios. La libertad en el cuerpo y a flor de piel.
Cuando se tiene 20 años se tiene todo por delante, la primavera en la frente y el porvenir en cada mano. Se tiene toda la vida, la transparencia del agua, y el corazón está abierto de par en par.
Cuando se tiene 20 años se tiene toda la rebeldía, se odian a los carceleros, la esclavitud y las tiranías. La sangre hierve en las venas, queremos cambiar el mundo de la noche a la mañana, sin esperar. Cuando se tiene 20 años, se tiene toda la verdad”.
Y esa verdad juvenil, arrogante, desprejuiciada y arrolladora es la que nos impulsa a recorrer con ansia e ilusiones, el camino que el destino nos tiene preparado en esta vida terrenal. Así, con ganas y esperanzas, con incertidumbre y temor, con anhelo y confianza, me inicié en el maravilloso mundo del arte, siendo aún un muchachito frágil.
Desde muy pequeño, en forma natural y espontánea, sentí atracción por la música; a los 8 años recibí como regalo mi primer disco, uno de los Beatles, y a partir de allí, la magia musical me acompañó incondicionalmente. A los 10, jugaba a hacer radio con un flamante grabador que mi padre me trajo de sorpresa en uno de sus viajes de trabajo por el exterior, y a los 15, ya musicalizaba dos programas en Radio Excelsior, con las sólidas conducciones de Juan Carlos Beltrán y Pedro Aníbal Mansilla respectivamente. A los 16 años comencé a estudiar teatro, primero con Idelma Nudel y después con Agustín Alezzo y meses antes de cumplir 18, debuté en televisión, como actor, personificando a un mancebo profesor de música en “Señorita Maestra”. Paralelamente, firmé contrato con CBS (compañía discográfica líder de aquella época, actualmente transformada en Sony Music) y comencé a grabar mi primer disco. Todo se fue dando en forma concatenada, bajo el acompañamiento del esmero, el trabajo, la fuerza y también del azar.
Mi profesión, nuestra profesión (hablo en plural porque incluyo y abarco al mundo artístico en general, que concilia la actuación, la danza, el canto, la poesía, la música, la dirección, la producción, la pintura, la escritura, el dibujo, la fotografía, la locución, el modelaje, el arte en todas sus dimensiones) posibilita la expresión cultural desde los más disímiles lugares, bajo el manto puro de la libertad y el privilegio único de la franqueza espiritual. Así lo siento yo y de esta espontánea y despojada manera que menciono, intento llevarla adelante desde hace casi 30 años.
Como dije anteriormente, asumí la responsabilidad de hacer lo que me gusta desde muy jovencito, tuve mucho empeño, bastante vigor, algo de intuición, abundante trabajo, gran tesón y suficiente suerte para lograr mis objetivos en forma temprana y exitosa. Sin ánimo de ningún alarde, ni falsas modestias, puedo decir que alcancé metas muy importantes siendo aún novato e inexperto, mantuve siempre mi eje, sin salirme de la esencia y los valores que mis padres me inculcaron desde niño, conocí la fama internacional, el asedio casi desenfrenado de admiradoras y fanáticas, la venta masiva de discos en distintos países de Latinoamérica, obtuve premios, reconocimientos, discos de oro y platino, conocí Presidentes de diversas naciones, entablé relación con grandes artistas del mundo, tuve la enorme fortuna de llenar estadios con 25.000, 22.000 y 15.000 personas, recorrí diferentes países y culturas, tengo la inmensa suerte de sentirme querido por disímiles públicos de Latinoamérica, gané muchas amistades, gocé distintos amores, disfruté de las pasiones, sobrellevé los desencantos, coexistí con los éxitos y las contrariedades tanto profesionales como personales, tengo la gran fortuna de llevar adelante mi carrera de manera tenaz y continuar trabajando en lo que siempre me cautivó, a pesar de los altibajos que caracterizan a la actividad, valoro mucho contar con algunas canciones de mi repertorio que se han mantenido en el tiempo en distintos países de habla hispana y ya forman parte del catálogo melódico internacional, agradezco haberme desarrollado en otros ámbitos artísticos, más allá de la música, que envuelven la conducción, la animación, la actuación y también la producción, pero fundamentalmente, acaparo el amor de mi familia y amigos, que forman parte del tesoro más importante que uno puede obtener.
El afecto, el cariño, el amor, son los mayores logros que se pueden conseguir en el trayecto que nos toca recorrer por la vida, más allá de las ganancias materiales, las consecuencias del trabajo y los resultados conquistados; creo fehacientemente en la fortaleza que nos da el amor sincero, en la solidez que provoca el afecto franco, leal y en la buena energía que produce el cariño cuando es noble y genuino.
“A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida”, canta Alberto Cortéz en una de sus magníficas creaciones y más allá de ser una verdad irrebatible, me parece mentira que el tiempo haya pasado tan rápido. Cierro los ojos y rápidamente se entrelazan mi niñez, mi adolescencia y mi adultez, combinando recuerdos que van desde las mañanas donde mi madre me despertaba para ir al colegio, malcriándome al ponerme las medias todavía dentro de la cama, mis compañeros queridos del Instituto Lange Ley, el programa “Viendo a Biondi”, mi preferido por aquél tiempo de niño, los primeros amores, el olor a tostadas recién hechas en casa de mi abuela Bruna, la Nonna, los domingos soleados junto a mis viejos, el nacimiento de mi hermano Lucky, el primer beso apasionado, los veranos en Mar del Plata, la aventura del viaje con mis amigos adolescentes a Miami, la ansiedad por el primer auto, la ilusión de ser jugador de fútbol, el debut como cantante en televisión, el primer show en vivo, los abrazos con mis amigos, amores, pasiones, decepciones, los nacimientos de mis dos hijos, en fin… mi vida toda abreviada en un mental compilado veloz que se asemeja a un film proyectado en cámara rápida.
Dicen que la edad se lleva en el espíritu y que a su vez, ese espíritu es el que rige la manera con que cada uno sobrelleva el tiempo que tenemos en vida y de vida. Y si bien, la juventud está acompañada de la frescura, el atrevimiento y la belleza, elementos únicos, privilegiados e incomparables, a medida que uno crece, va descubriendo y manifestando nuevas sensaciones que se asocian con la confianza, la seguridad, la determinación y la armonía.
La belleza física no es eterna, indefectiblemente, los años transitados van modificando nuestra apariencia y aunque no todo en esta vida pasa por lo estético, atesoro con ternura el brillo de los ojos jóvenes, la tez tersa, el cabello brillante, la piel suave, el cuerpo fuerte, vital… sin dejar de disfrutar el presente, haciendo hincapié en el contenido interior más que en el externo, intentando una madurez digna, con las ganas intactas, las energías íntegras, el ímpetu inalterable, las fuerzas enteras y la esencia indemne.
Siempre es lindo cumplir años porque nos recuerda lo que hemos sido y afianza lo que somos, mucho más, cuando el balance de lo realizado es mayoritariamente más feliz que desdichado y a pesar de la inevitable edad cronológica que la eventualidad nos presenta, uno se sigue sintiendo  como de 20 años, porque como dice el destacado Dalmiro Sáenz: “Cuando se tiene 20 años se tiene toda la verdad”.