MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

domingo, 19 de agosto de 2012

NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS


En la edición de hoy de “Miradas al Sur”, el músico Alejandro Medina, pionero del rock argentino, integrante del mítico grupo “Manal” que inició su camino artístico en los años ´60, reconocido bajista que también participó de “La Pesada del Rock and Roll”, “Aeroblus” y “La Metropolitana”, entre infinidad de grabaciones como sesionista de discos emblemáticos de nuestra música nacional, opinó lo siguiente:
Al rock argentino lo han matado. Casi no existe más. Está dominado por los sellos y las productoras. El que no entra en ésa se queda aislado. No se puede notar si hay evolución en el rock porque siempre son los mismos y en la mayoría de los casos suelen hacer siempre lo mismo. Mientras tanto los pioneros y los talentosos van muriendo, están mal o directamente se retiran.
A las empresas discográficas ya no les interesa vender discos. Y menos de bandas de rock. Van a lo fácil, a lo más comercial e intentan sacar tajada de los shows. Parece que volvimos a los tiempos del Club del Clan, el folklore y la música romántica. A lo sumo incorporaron un pop meloso.
Si no salís en la televisión o en la radio no pasa nada. Yo soy Alejandro Medina, tengo un nombre, el respeto de mis colegas, pero no vienen a verme más de 200 personas. Soy feliz con eso, pero me da mucha tristeza las pocas posibilidades de los que están empezando. Pareciera que se ha perdido el legado de Almendra, Manal, Los Gatos, Moris y un montón de gente más.
No hay lugares para tocar. El juego está en manos de muy pocos para los que es negocio y justamente no son los músicos. Yo no voy a pagar para tocar en el Cosquín Rock. No tengo la guita que piden y no me parece que corresponda. Pero yo no me voy a cruzar de brazos. De última tocaré en mi casa para 70 tipos y les daré de comer.
Hoy Divididos hace rock, Almafuerte también y pocos más. Calamaro no es rock, Charly García tampoco. Cordera hace cumbia. Prendés la tele, ves el programa La Viola y cada vez se parece más a Grandes Valores del Tango con Silvio Soldán. ¿Cómo puede ser que la estrella sea el periodista?
Si hasta teníamos jubilación y el miserable de (Mauricio) Macri nos la sacó.
Yo creo que todo esto va a cambiar. Pero no sé si lo voy a ver.
Yo creo que sí voy a ver el cambio al cual se refiere Alejandro Medina, porque intuyo una movilización espontánea, natural de muchos jóvenes músicos que de una u otra manera, están empezando a modificar la triste realidad en la que estamos inmersos los artistas de un buen tiempo a esta parte.
Coincido totalmente con el pensamiento de Medina y no solo lo limito al rock, como él expresa, sino que a mi criterio, la música en general está en crisis. Y muchos de los culpables para que esto suceda, son los que ocupan altos cargos en la industria cobrando suculentos sueldos, solo por ser gerenciadores de decisiones de unos pocos que en lo último que piensan es en el arte y talento de los músicos.
Todo está regido por el marketing, el impacto y los resultados económicos, dejando de lado lo más importante que tiene el mundo musical: la inspiración espontánea de los artistas, el sentimiento genuino del intérprete o compositor. Hoy, es casi imposible para alguien que comienza su carrera basando su camino en lo que siente verdaderamente, sea solista, dúo, trío o banda, trascender más allá de su núcleo de gente conocida, porque justamente los que se encargan de tomar determinaciones, se fijan en el éxito inmediato o el efecto mediático que puedan provocar. Y si bien siempre hay oportunistas o gente sin escrúpulos que acepta esas condiciones con tal de figurar o ganar plata rápida, lo bueno es que existe una gran cantidad de artistas jóvenes que generan su propia fuente de trabajo con mucho esfuerzo y sacrificio, sí, pero que a la larga o a la corta, terminarán doblegando la insensibilidad actual que hoy manda en el mercado.
Internet, las bajadas gratuitas, la piratería y el acostumbramiento de tener música a precios muy bajos o sin costo, no ayudan a mejorar el problema, pero seguramente, el tiempo y algunas alternativas que van a ir surgiendo por decantación propia, acomodarán las cosas en ese aspecto.
Soy optimista porque creo en la fuerza de la juventud y porque esa misma necesidad que tienen los pibes de desarrollar sus capacidades y talentos, harán que los elementos se reubiquen donde corresponden en cuanto a producción, crecimiento, difusión y progreso musical.
La gran mediocridad que existe en los medios masivos tampoco favorece mucho a fomentar un impulso de la música en la actualidad, pero la proliferación actual de realities musicales que se basan en la ilusión de la gente que necesita darse a conocer vocalmente a nivel popular, puede llegar a ser el inicio del cambio que los que disentimos con este presente tan vapuleado, pretendemos modificar.
El tema es muy largo y complejo de resolver, pero como dice el refrán: “No hay mal que dure cien años” y si bien algunos afirman que el tiempo es el mejor aliado para olvidar y utilizan ese otro dicho que reza: “El tiempo lo cura todo”, yo no estoy de acuerdo con esa apreciación, ya que mi impresión personal sobre dejar pasar mucho tiempo sin resolver conflictos, puede hacernos más daño aún. Y un gran porcentaje de la juventud que siente la música como inspiración de su vida para dedicarla a ella, probablemente sea quien transforme y enmiende este triste presente musical.

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