MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

lunes, 16 de enero de 2012

"FAVIO Y YO" 2012


Comenzando un nuevo año, los proyectos empiezan a plasmarse y uno intenta armar un esquema de trabajo organizado, aunque la profesión artística siempre es imprecisa, variable y sorpresiva. Además del desarrollo laboral acostumbrado, surgido de actuaciones, shows y presentaciones, el 2012 se presenta muy activo en cuanto al lanzamiento de mi nuevo disco "FAVIO Y YO", ya que a solo seis meses de la edición en Argentina, el panorama a corto y mediano plazo es ir publicando el CD en distintos países que a lo largo de mi carrera, he recorrido y me han cobijado siempre con mucho afecto.
Latinoamérica, en cuanto a música se refiere, es un continente que se caracteriza por recibir artistas de todo el mundo y en gran porcentaje, con gran entusiasmo. El rock, el pop, el jazz, la salsa, la cumbia, el reggae, el folcklore, la música lírica, el tango, el hip hop, las fusiones que se vienen produciendo desde hace un tiempo a esta parte y otros ritmos populares más sectorizados, tienen un amplio espectro de público latente, y felizmente, la balada, lo melódico, la música romántica continúa movilizando a la gente desde el corazón. Cuando en las entrevistas me preguntan por qué elegí cantarle al amor, siempre respondo lo mismo: porque es la base de nuestras vidas, lo que nos moviliza, porque todo lo hacemos por amor. Y cantar canciones de amor es muy bello, por más que a algunos les parezca cursi, menor o simplemente banal, porque las canciones románticas generan justamente el clima exacto para entrar en contacto, en armonía, en coincidencia con otra persona, es el ritmo que provoca el acercamiento, el roce, el beso.
Puntualmente, temas como los que he grabado de Leonardo Favio, forman parte de las vivencias de muchísimas generaciones y creo que justamente se mantienen vigentes a través de lo que han generado a lo largo del tiempo. La música que hoy denominan “del recuerdo” se transforma en “actual” y reciclada, versionada, modernizada, hace que las nuevas generaciones la descubran y también la consuman.
Existe una gran corriente de público que disfruta esta música y ensambla sensaciones y épocas con “Fuiste mía un verano”, “Quiero aprender de memoria”, “Ella ya me olvidó” y “O quizás simplemente le regale una rosa”, por ejemplo. Otros se sorprenden con “Estoy orgulloso de mi General” o “María va… camino a la vejez” y otros más, exploran sus sentimientos con “ Te quiero como a un niño”, “Para saber como es la soledad” o los potpourríes que entremezclan estribillos de canciones que alguna vez escucharon, sin saber exactamente los títulos de las mismas como “Chiquillada”, repitiendo conmigo… “pantalón cortito, bolsita de mis recuerdos, pantalón cortito, con un solo tirador…” o “No juegues más”, haciendo el coro de “no juegues más, mi amor, no juegues más, que el hilo del amor se romperá…”, por mencionar un par de casos.
Este disco me da placer, me produce emoción y me gusta cantarlo, porque las canciones de mi entrañable Leonardo Favio, son las que yo le interpretaba desde chiquito a mi madre, a quien sentaba en el living de mi casa como espectadora obligada de mi “actuación”.
Espero que el camino de este nuevo sueño, sea el mejor y desande las ilusiones puestas en él con la energía positiva que siempre se tiene cuando un nuevo proyecto se inicia.

jueves, 12 de enero de 2012

MÁS AMOR


Un señor llamado George Carlin, reconocido comediante norteamericano en las décadas de los ´70 y ´80´s, fallecido en el año 2008 a los 71 años, escribió una carta, después de haber perdido a su mujer, donde volcaba pensamientos tan ciertos como elocuentes. Básicamente, volcó en su relato la paradoja de nuestro tiempo, donde tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos, gastamos más, pero tenemos menos, compramos más, pero disfrutamos menos, tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo; tenemos más grados académicos, pero menos sentido común, mayor conocimiento, pero menor capacidad de juicio, más expertos, pero más problemas, mejor medicina, pero menor bienestar. Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado y reímos muy poco, conducimos muy rápido y nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado y amanecemos cansados; leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores, hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente, hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir, añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años; hemos logrado ir y venir de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino, conquistamos el espacio exterior, pero no el interior, hemos hecho grandes cosas, pero no por ello, mejores; intentamos limpiar el aire y contaminamos nuestra alma, conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios, escribimos más, pero aprendemos menos, planeamos más, pero logramos menos, hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos. Éstos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales, tenemos dos ingresos por familia, pero más divorcios, casas más lujosas, pero hogares rotos, son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, encuentros amorosos de una noche, cuerpos obesos y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta erectar y matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega; tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar estas líneas y darte la posibilidad de compartirlas o borrarlas.

Acordate de pasar algún tiempo con tus seres queridos, porque ellos no estarán aquí siempre. Acordate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de vos. Acordate de abrazar a quien tenés cerca, porque ése es el único tesoro que podés dar con el corazón sin que te cueste ni un céntimo. Acordate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo, decilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma. Date tiempo para amar y conversar y compartí tus más preciadas ideas. Y siempre recordá: La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

Estas cosas que escribió George Carlin, seguramente motivado y sensibilizado por el triste momento personal que estaba atravesando, son verdades tan simples como reales y a pesar de que uno, al leerlas, coincide en un ciento por ciento con lo reflexionado, no terminamos cumpliéndolas, por lo menos, en el porcentaje que debiéramos. Es cierto que los tiempos que corren ayudan poco a llevar a cabo la totalidad de los consejos expuestos, y también es concreto que no podemos apartarnos completamente de los problemas cotidianos que nos aquejan en mayor o menor medida, pero sí es posible, dedicarle más tiempo a los afectos que tenemos, a los amigos que no vemos, a las personas que queremos y nos quieren, a los que sentimos en nuestro corazón y sabemos que siempre están, en las buenas y en las malas.

La vorágine laboral que uno lleva, el aceleramiento con el que vivimos día tras día, las circunstancias y sucesos que a veces nos complican el presente, hacen que solo pensemos en el futuro, en lo que vendrá, en alcanzar las metas y lograr los objetivos impuestos. Es importante tomar conciencia de que la vida pasa rápido, muy rápido, más rápido que antes como se escucha decir ahora, y también es muy valioso, intentar cumplir esos mandatos mencionados sobre el tiempo que uno dedica a disfrutar momentos y afectos en mayor medida de lo que lo hacemos.

Simplemente, quería compartir estos pensamientos basados en el cariño, en el amor y atesorar un poco más la sensación que desde hace algunos años me domina, basando mi vida mucho más en lo que siento que en lo que tengo, aunque se contraponga con los parámetros estipulados en la sociedad actual. Y como dice mi querido Nico Favio: “El lema para afrontar el 2012 es sostenernos en nosotros mismos pero desde el corazón y no desde el ombligo”. Buen año para todos.