MOTIVO

Espacio dedicado a toda clase de comentario libre y espontáneo, despojado de intereses de cualquier tipo (y mujer)

jueves, 24 de marzo de 2011

POR MUCHAS COSAS MÁS... NUNCA MÁS

A veces, la memoria de los pueblos es frágil y aunque siempre existan distintas posturas políticas e ideológicas entre nosotros, lo importante es recordar las cosas que no deben volver a pasar. Se trata, simplemente, de valorar nuestra libertad, nuestro derecho a expresar lo que pensamos sin sufrir daños ni desapariciones. No es una cuestión puramente ideológica, es una voluntad propia de querer darle a nuestros hijos un mundo en paz, sin muerte ni atrocidades como las que se han vivido a lo largo de la historia. Está en nosotros lograrlo sin peleas ni divisiones, solamente llevarlo a cabo, trabajando y respetándonos. No politicemos nuestra libertad, valorémosla por el solo hecho de preservar a las futuras generaciones.

No es cuestión de centralizar el tema en cálculos numerológicos absurdos, si 30.000, 6.000 o un desaparecido; es tomar conciencia, darnos cuenta que por más debates, polémicas y controversias de izquierda y de derecha, de centro o de adentro que existan, lo único que importa en realidad, es valorarnos, respetarnos, reitero, y saber que más allá de nuestras ideas, sean del sector que fueran, lo fundamental y absoluto es generar un mundo mejor.

Sin querer confrontar con nadie, ni posicionarme en un lugar extremo (siempre los extremos me parecieron errados e incómodos), escribo estas líneas en pos de expresar mi sentimiento en estado puro, sin molestar, sin herir, sin agredir, sin embestir, sin injuriar, sin ofender, sin ultrajar, sin perjudicar absolutamente a nadie; todo lo contrario, creo que lo mejor que podemos hacer como sociedad, es intentar mejorar, acercarnos, gratificarnos espiritualmente, desagraviar, reparar, sumar para bien propio y ajeno, considerarnos unos a los otros y darnos cuenta, de una vez por todas, que la única verdad de esta corta vida que nos toca en suerte, es tratar de vivir un poco mejor a lo que estamos acostumbrados. Cada uno en su condición, en su núcleo, en su forma, en su contexto, para lograr nuestras metas sin molestar al prójimo, sin ofensas ni malestares. Quizás suene un poco lírico y algunos me traten de ingenuo, pero estoy convencido de que nada es más importante para llevar adelante cualquier idea, cualquier objetivo, que la libertad. Esa misma libertad que ha sido capturada en muchos casos, en beneficio de unos pocos para manejar el destino de otros muchos. Esa misma libertad a la que aún hoy, algunos obsesionados con el poder, intentan manipular burdamente. Esa misma libertad que no es propiedad ni de milicos, ni zurdos, ni fundamentalistas, ni guerrilleros, ni líderes políticos, ni guías religiosos… Esa misma libertad es justamente libre para cualquiera de nosotros, los humanos, que equivocados o no en nuestras ideas, tenemos el derecho de emplear la libertad para expresarnos, como símbolo justo, ecuánime, imparcial e íntegro. Esa expresión abierta, libre, a la que me refiero, es la que provoca el intercambio, el reajuste, la modificación, la superación…

Nada es fácil, muchas veces, las energías se dejan influenciar equivocadamente y provocan confrontaciones populares que nos llevan tristemente a lugares poco deseados, pero como soy optimista por naturaleza y creo que somos más los buenos que los malos, a pesar de que parezca lo contrario, quiero dejar asentado en este humilde comentario, que es momento, es hora histórica para empezar a modificar para bien, el mundo que tenemos. La naturaleza es sabia, bella, incomparable y también es libre; es un mensaje que tenemos y debemos capitalizar en beneficio propio y de los demás, porque al embanderarnos libres, seguramente, vamos a vivir mejor.

Por todo esto y por una infinidad de cosas más… NUNCA MÁS.

jueves, 10 de marzo de 2011

UN CLAVEL EN EL CORAZÓN

Es jueves 10 de marzo, son las 12 horas y 48 minutos, haciendo un rápido zapping por canales de televisión, me encuentro con una sorpresiva noticia que emite Todo Noticias de último momento: Falleció Mario Clavel.
La primera sensación que tuve fue de una gran tristeza, lo conocía, lo quería y lo respetaba mucho. Después sentí nostalgia, una mezcla de nostalgia y añoranza porque además de haber sido amigo de mi viejo, él, Mario, el querido Mario, era padre de Marguita, como siempre la llamaba a su única hija, una bella persona de quien tengo un muy lindo recuerdo por haber sido bastante amigos en una época de nuestras vidas y con quien hemos compartido muchos momentos juntos.
Rápidamente, la memoria me transportó a Mar del Plata, a almuerzos en casa junto a Mario, su mujer Marga, Marguita, mis padres, Luis Aguilé, María Martha Serra Lima, Osvaldo Mazzoni y otra gente invitada; a espectáculos protagonizados por él junto a Juan Carlos Mesa, Beba Bidart, Carlos Garaycochea y Jorge Basurto en la confitería El Molino de Callao y Rivadavia, por ejemplo, frente al Congreso de la Nación, a visitarlo junto a su hija, en Michelangelo de San Telmo, donde se presentaba en un show compartido con otras figuras; a su oficina de la Avenida Santa Fe donde me recibía siempre con su cordialidad acostumbrada y su inseparable guitarra para grabar un saludo en video con motivo de una sorpresa que yo le preparaba a mi viejo para su cumpleaños número 60, el último que festejó; a una recordada unión artística en el teatro del hotel Bauen junto a Garaycochea y Juan Verdaguer; a una cálida entrevista que le hice para un programa que conduje en Radio Mitre llamado “De Cada DKDA”; a sus presentaciones de los sábados en “Clásica y Moderna”; a infinidad de momentos compartidos con esta gran persona, este entrañable artista que denominaban “El chansonnier de América”.
Sin el ánimo de recrear su extensa biografía, quiero resaltar su larga trayectoria, sus inolvidables canciones, su bonhomía, su simpatía, su Don de gente. Un hombre que ha vivido 88 espléndidos años, activo, lúcido, afable, abierto, humilde, espontáneo, cortés, demostrativo, educado, considerado... en fin... un hombre sumamente querible y querido.
En 1946 registró su primer grabación como cantante y en el año 2006 realizó su último disco; 60 años componiendo, interpretando, recorriendo escenarios, ofreciendo su talento al público y a otros artistas que también grabaron sus canciones: Mina, Julio Iglesias, Roberto Carlos, Raphael, Mireille Mathieu, Los Panchos, Plácido Domingo, Olga Guillot, José José, Altemar Dutra, Susana Rinaldi, Lucho Gatica, Pedro Vargas, Daniel Riolobos, Juan Arvizu, Eydie Gormé y cientos de cantantes y orquestas que han interpretado sus temas, entre los que puedo resaltar “Abrázame así”, “Quisiera ser”, “Abril en Portugal”, “El amor es uno”, “Mi carta”, “Hasta siempre” (No te digo adiós), “Somos” y tantas otras bellas composiciones que ha creado Mario a lo largo de su vida.
Mi profundo cariño para su familia, para su mujer, para su hija.
Todo mi respeto, afecto y recuerdo para un gran ser humano.
Hasta más ver, Mario querido.